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Hace algunos años, al caminar por Delhi, era común cruzarse con vacas en medio del tráfico, durmiendo en una esquina o paseando entre la gente. Hoy la escena es distinta. Las vacas casi no aparecen en las grandes ciudades, ya que han sido trasladadas a refugios especiales llamados gaushalas, donde son alimentadas y cuidadas.

Para muchos viajeros esto es una sorpresa, porque llegan esperando encontrarlas en cada esquina. Sin embargo, basta salir de las ciudades o adentrarse en pueblos y aldeas para que vuelvan a ser parte del paisaje cotidiano. Allí siguen caminando por las calles, entrando en mercados y recibiendo flores en los templos.

La pregunta sigue siendo la misma. Por qué la vaca es sagrada en India.

Raíces históricas y espirituales

En la tradición hindú la vaca es mucho más que un animal. Representa la vida, la fertilidad y la generosidad de la tierra. Su leche y derivados como el yogur, la mantequilla y el ghee alimentaron durante milenios a millones de personas. Además, su fuerza fue esencial en la agricultura y su estiércol todavía se utiliza como combustible y fertilizante.

La vaca también ocupa un lugar en la mitología. Krishna, el dios del amor y la música, fue pastor de vacas en su juventud y se lo representa tocando la flauta rodeado de ellas. Kamadhenu, la vaca celestial, simboliza abundancia infinita porque de ella provienen todos los bienes necesarios para la vida.

De las calles a los refugios

En pueblos y ciudades pequeñas la vaca sigue siendo parte de la vida diaria. Allí recibe comida en los templos, camina con calma entre la gente y participa en festivales como Gopashtami, donde se la baña, se la adorna y se le rinde homenaje.

En las grandes urbes el paisaje cambió. Las vacas que antes caminaban por las avenidas de Delhi ahora están bajo resguardo en gaushalas. Esta medida busca cuidar a los animales y también ordenar el tránsito de ciudades que crecen cada día más.

Una enseñanza para el viajero

Aunque ya no aparezcan tan fácilmente en las grandes ciudades, la vaca sigue siendo un símbolo espiritual que recuerda la unión entre lo humano y lo divino. Para el viajero, comprender este vínculo ayuda a mirar India con otros ojos. No se trata de desorden ni de folklore, se trata de respeto hacia lo que nutre y sostiene la vida.

Reflexión final

La vaca en India nos enseña que lo sagrado también está en lo cotidiano. Ya no la verás en cada esquina de Delhi, pero sigue siendo un símbolo vivo de gratitud y abundancia que marca la cultura y la espiritualidad de millones de personas.

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